Son momentos excepcionales los que se viven, llenos de incertidumbre y preocupación. Sin embargo, existen cosas eternas que sirven para toda época, lugar y circunstancia. Entre ellas están el arte y el pensamiento, a las que siempre podemos acudir para enfrentar eventos como los actuales. En el cine, el arte más expresivo y cercano al interior de cada uno de nosotros, tenemos una reserva inagotable de emociones y entretenimiento indispensables para sobrellevar las horas de aislamiento obligado que debemos respetar. El pensamiento nos permite en cambio continuar desde lejos en comunicación con los demás, para aprender, comprender y también aportar con nuestras ideas al entendimiento de las cosas urgentes tanto como de las permanentes.
Comparto con los lectores mi crítica a la gran película Asesinato en el Expreso de Oriente, dirigida por Sidney Lumet y protagonizada por Albert Finney en 1974, una obra maestra del género policíaco y el misterio, basada en uno de los mejores libros de la célebre Ágatha Christie, la escritora más leída en el mundo, y además un artículo sobre los excesos de alguna parte de la prensa con ocasión de un caso concreto ocurrido hace pocos días.
Huelga decir que recomiendo ver la película. Pueden estar seguros de que será una experiencia muy gratificante.
N.C.S.
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A contracorriente (1)
Por Nelson Carpio Salas En los últimos días he visto algunas reseñas de varios filmes en la Red comprobando que el enfoque vanguardista predomina en la crítica de cine contemporánea, aserto que se extiende, desde luego, a la del arte en general. En diversas formas e intensidades, muchos de quienes opinan sobre el séptimo arte concuerdan en considerar notable a una película si trata aspectos sombríos de la realidad, escandaliza con transgresiones a lo que se considera equilibrado, respalda las reivindicaciones de grupos minoritarios en menoscabo de lo que piensan o practican las mayorías, impone la admiración a estilos caprichosos y disparatados o califica algo como óptimo simplemente porque es raro. Sesudos críticos ya han advertido, por ejemplo, la deriva demagógica de la Academia de Hollywood que desde hace años nos sorprende al premiar películas cuyo único valor, con frecuencia, radica en su capacidad para adular a las corrientes ideológicas y grupos reclamantes en boga. Por mi parte, hace más de una década no veo esa clase de filmes y solo me sirvo de sus nombres como advertencia para no perder el tiempo mirando películas mediocres o alienantes. Igual que millones de personas en el mundo creo tener el suficiente criterio para evitar la negativa influencia de esos consensos y discernir con mayor reflexión acerca de los valores de una obra cinematográfica, por lo que no le concedo al asunto mayor trascendencia en una época de tanto aturdimiento. . . . Ver más Excesos mediáticos Por Nelson Carpio Salas ¿Es posible que un periodista ubicado a casi 3.000 km. de distancia de este país actúe como juez de un gobierno al que le ha tocado el desafío de enfrentar la peor tragedia epidemiológica que la humanidad ha sufrido en todos los tiempos y lo está haciendo con un esfuerzo que toda persona ecuánime debe reconocer? La exacerbada insistencia en la pregunta que repitió el entrevistador durante la jornada de grosería descargada en contra de un alto funcionario ecuatoriano demuestra cuánta razón tenía José Ortega y Gasset al juzgar de forma deplorable la tarea periodística cuando se realiza con las formas de la entrevista de CNN a la que me refiero. … Ver más |